Elaboradas de manera tradicional en Reinosa-Cantábria.
Su carne tiene una textura suave y un sabor intenso característico del Cantábrico.
Inigualable al resto de anchoas pescadas en otras zonas de capturas.
Se puede consumir sola, en una tosta de pan o acompañada con un fondo de tomate rayado y unas gotas de aceite de oliva.
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